En abril de 2019 tuvimos noticia, en el estado español, del caso de María José, una mujer con esclerosis múltiple que fue finalmente ayudada a morir por su marido. Ambos encararon con sensatez y valentía este paso.
Este caso quizá sea un punto de inflexión para que muchos que se oponían a la eutanasia cambien de opinión. Pienso que ya hay que ser demasiado cerril para mantener una postura contraria.
Por otro lado, recordar que Unidas Podemos es el partido que desde hace más tiempo y con más determinación ha defendido una ley de eutanasia, y aunque solamente fuera por ello, han tenido mi voto.
No obstante, en junio de 2019 tuvimos también noticia de una chica holandesa de 17 años, a la que se negó la eutanasia que había pedido por padecer sufrimientos psíquicos supuestamente insoportables e irreversibles. Finalmente se suicidó por inanición. Es este caso no sé todavía qué opinar, pero sí parece claro que no es plenamente comparable al anterior de Maria José.
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